El Observatorio Astronómico Nacional de Chile ha funcionado por más de 150 años, realizando programas de observación y proporcionando servicios astronómicos imprescindibles tales como provisión de señales de tiempo y coordenadas geográficas. A lo largo de todo este período los miembros del personal, a través de cursos dictados en la Universidad de Chile y conferencias ocasionales, constribuyeron a mantener vivo el interés por la astronomía que, a pesar de una guerra y algunas revoluciones y crisis financieras, nunca había muerto en Chile.
El sueño de tener un Observatorio Astronómico en Chile se remonta al héroe de la guerra de la Independencia, Bernardo O’Higgins. En octubre de 1842, cuando yacía moribundo en su exilio en Lima, redactó un pliego para el presidente Bulnes en el cual le recuerda que ha cedido al ejército todos los animales de su hacienda y veinticinco mil pesos; entonces solicita una compensación en dinero por aquellos desembolsos, destinando parte de esos fondos a la instalación de un observatorio astronómico en el Cerro Santa Lucía. Sin embargo, ello no ocurrió, y no hay evidencias que demuestren que alguien recordaba la petición de O’Higgins cuando, siete años más tarde, el teniente Gilliss escogió este mismo sitio para instalar lo que más tarde llegó a ser el Observatorio Nacional. El interés de O’Higgins resultó ser visionario ya que la actividad astronómica que actualmente se realiza en nuestro país y en cuya gestación tuvo un papel fundamental el Observatorio Astronómico Nacional, ha convertido a Chile en uno de los grandes centros mundiales de la astronomía observacional.
La historia de la investigación astronómica se inicia en 1847 con la llegada a Santiago de una expedición de la Armada de los Estados Unidos acargo del teniente James T. Gilliss. El Observatorio Astronómico Nacional fue oficialmente inaugurado en 1852, constituyéndose en uno de los primeros observatorios en Latinoamérica y quizás en el más activo durante el siglo XIX, ya que, en esta época se publicaron alrededor de 30 trabajos científicos en revistas internacionales especializadas de Alemania, Inglaterra y E.E.U.U.
El 17 de Agosto de 1852 y siendo presidente Don Manuel Montt, el gobierno de Chile compró a la Expedición Científica Norteamericana dirigida por James T. Gilliss de la Marina de los Estados Unidos, los instrumentos, edificios y documentos del observatorio astronómico que dicha expedición había establecido en el Cerro Santa Lucía en 1849. En la gestión de dicha compra tuvo una participación muy activa el delegado de la Universidad de Chile Don Ignacio Domeyko. El observatorio del Cerro Santa Lucía se convirtió así en el Observatorio Astronómico Nacional y pasó a depender del Ministerio de Instrucciones Públicas.
En 1856 Carlos Moesta, Director del Observatorio Astronómico Nacional, hizo una determinación de la longitud geográfica de Valparaíso encontrando un error en el valor determinado con anterioridad por Fitzroy. Este hecho fue de gran importancia para su época, pues desplazó toda la costa occidental de Sudamérica debido a que todos los puertos estaban referidos a Valparaíso En la administración del Director Friedrich Ristenpart (1908 – 1913) se confeccionaron 50 cartas del cielo austral que tuvieron gran demanda de los centros astronómicos de todo el mundo durante más de 60 años.
Mediante un decreto gubernamental del 14 de julio de 1927 la Universidad de Chile se hace cargo del Observatorio Astronómico Nacional, pasando éste a depender directamente de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. El gobierno transfiere así a la Universidad de Chile la responsabilidad del desarrollo de la astronomía en el país, tanto en lo que concierne a la actividad netamente científica como a los servicios que el Observatorio presta a la comunidad como organismo consultor y asesor en materias astronómicas. Si bien el Observatorio Astronómico Nacional fue creado con fines eminentemente científicos, ha hecho y continúa haciendo importantes aportes a la vida civil del país.
Federico Rutllant, Director del Observatorio Astronómico Nacional entre 1950 – 1964, le imprimió un gran dinamismo y empuje a la astronomía en Chile, contándose entre sus logros principales los siguientes:
• Creación de la idea de instalar un observatorio interamericano en el norte de Chile. Consiguió convencer a influyentes astrónomos de E.E.U.U. que acogieron la idea y la materializaron, con la ayuda de astrónomos chilenos, en el Observatorio Interamericano de Cerro Tololo.
• Creación del Radio Observatorio de Maipú en 1959. Chile fue el primer país Latinoamericano que inició investigaciones radioastronómicas.
• Creación de la Estación Astronómica de Cerro El Roble que cuenta con un astrógrafo Maksutov, idéntico al más grande del mundo.
• Instalación en Chile del Observatorio Europeo Austral en Cerro La Silla.
• Promoción de la colaboración científica con diversas instituciones extranjeras, como por ejemplo, la Academia de Ciencias de la URSS, la Carnegie Institution de Washington, varias universidades norteamericanas, etc.
En la década de los ’60 astrónomos chilenos y soviéticos descubrieron importantes errores en el sistema fundamental de referencia de la astronomía.
En la actualidad Chile se ha convertido en el centro astronómico más importante de todo el Hemisferio Sur debido a la calidad excepcional de su cielo y a su larga tradición astronómica.
Hoy en día los astrónomos chilenos investigan en casi todas las áreas de la astronomía y su contribución científica queda demostrada por publicaciones científicas en revistas de prestigio internacional.